¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo por primera vez?

¿Qué hubiera pasado si…?

Ya no vale enamorarnos de un argumento que ha funcionado en nuestros clientes, porque mañana puede estar obsoleto. Querer agarrarnos a lo que ha funcionado es el comienzo del fin. No podemos dormirnos en los laureles pensando que vamos a aguantar con la misma propuesta para siempre.

En el sector de la consultoría financiera que es el que mejor conozco, no podemos perder un minuto más, y estamos trabajando de lleno en la transformación digital de los despachos profesionales. Trabajamos con asesores que piensan que los fracasos no existen.  Lo que aprendemos nuevas cosas que no funcionan. Vamos eliminando opciones, vamos perfeccionando el proceso y avanzando hacia el resultado final. Que todo funcione perfecto desde la primera vez es bastante improbable; pero no debe detenernos para seguir construyendo.

Si no empezamos por temor a fallar, nos quedaremos en el mismo sitio, con los mismos resultados y con las mismas cuestiones: ¿qué hubiera pasado si…? No hay garantía de éxito. Nunca la habrá. Sólo apuestas a lo que consideramos es lo más probable con la información que tenemos y las lecturas del mercado que hacemos.

Nada más costoso que quedarnos quietos

A diferencia de lo que podría pensar, la falta de acción tiene su consecuencia: debilita. Mientras no hacemos nada, los competidores avanzan, las tendencias cambian y los consumidores se van enamorando de otros. Si no lo estás haciendo ya te recomiendo que empieces a promover su diferenciación.

El sector de los despachos profesionales, está pidiendo a gritos una transformación donde hoy en día nacen con frecuencia innovadores modelos de negocio, e industrias totalmente nuevas que sustituyen a otras que se van desmoronando. Las empresas emergentes (startups) desafían a la vieja guardia, que se esfuerza febrilmente por reinventarse.

¿Cómo te imaginas el modelo de negocio de tu empresa dentro de dos, cinco o diez años? ¿Te encontrarás entre los principales jugadores? ¿Podrás hacer frente a los competidores que tengan entre sus manos fantásticos y nuevos modelos de negocio?

Un mundo automatizado

Según Marc Vidal, los procesos robóticos son imparables y van a estar muy presentes en nuestra vida: «vamos a un mundo automatizado».

Por eso las empresas no debemos perder el tiempo y debemos apostar, de forma clara, por «una cultura de la innovación constante» y advierte, que no se trata de probar sin más, sino que es necesario que las empresas crean en firme en la digitalización y que dispongan de una estrategia a medio plazo.